Artista plástica

Cecilia propone en su trabajo un planteo dual  entre la sensibilidad y la razón, la intuición que sensibiliza la materia y la razón que organiza, determina, vela, intentando ocultar sin conseguirlo, por el contrario, establece un diálogo visual que encierra el verdadero sentido de su obra. Lo icónico no es anecdótico, no da lo mismo una flor, una espiral,  valquirias o una silueta estilizada de mujer. En ellas representa una inquietante búsqueda entre lo espiritual y lo terrenal, lo universal. Le interesa la repetición en sí misma, infinita, «casi obsesiva» del módulo superpuesto a lo que sea, esta relación única es lo que determina la individualidad de la obra. De ahí se desprende el verdadero significado de su propuesta, es la repetición del módulo icónico, que todo lo abarca, todo lo toca, todo lo interviene, todo lo afecta.